Brunch en Estambul – Cafe Privato

Review of: Cafe Privato
Author:
Claudia

Reviewed by:
Rating:
5
On 10/06/2015
Last modified:14/12/2016

Summary:

Un brunch orgánico en un local con mucho encanto y ubicado en una pequeña y tranquila callejuela cerca de la torre Galata.

Brunch en Estambul–Cafe Privato-Platos calientesDespués de haber pateado por esta ciudad tan caótica, pero que se deja amar en seguida, fue un placer brunchear en este oasis de tranquilidad y disfrutar de su terraza.

La información previa que había encontrado sobre Café Privato era de un brunch bufé libre, pero su concepto se diferencia de la idea habitual de bufé. No tienen la comida en la barra para que te vayas sirviendo, sino que te llevan todos los platos, incluidos en el precio de 35 liras turcas, a la mesa y tú vas comiendo a tu ritmo mezclando sabores como más te apetezca.

Te quedarás sorprendido por la cantidad de platitos que te traerán a la mesa, pero en realidad las raciones no son muy grandes. Mi amiga y yo compartimos el brunch y pedimos también un plato de meze (selección de aperitivos variada) y salimos muy satisfechas.

Lo primero que nos trajeron fueron los platos fríos, aceitunas, cuatro tipos de quesos, un paté de cacahuetes, dos salsitas saladas que no pudimos identificar de qué estaban hechas, ensalada, varios tipos de pan, miel, mantequilla y tres, de las que ellos llaman, mermeladas. Éstas, en realidad, son frutas en almíbar, pero no de bote! Definitivamente las mejores que haya comido en mi vida! Casi enseguida llegaron los platos calientes: huevos revueltos con un tipo de salami, queso halloumi, dos pancakes, de los cuales uno dulce y gözleme (masa rellena de espinacas).

Por supuesto acompañamos todo con un té de manzana y un té verde. Este último era de hojas que pusieron directamente dentro de la tetera y, desafortunadamente, como no se podían sacar a los pocos minutos, transformaron un delicioso té verde en una bebida amarga que no pude acabar.
El local en sí es muy acogedor. Por el lado de la entrada tienen una terraza con dos mesas grandes y dos pequeñas y con unos sofás muy cómodos.

Al fondo del local los ventanales se abren completamente para poder disfrutar de la vista a la torre Galata, una de las torres más antiguas del mundo. Es una pena que justo al lado haya un aparcamiento para coches…
El servicio fue excelente. El que parecía ser el manager fue muy correcto, educado y hablaba un inglés perfecto, así como la camarera que nos atendió.

Considerando los precios medio de la comida turca en los restaurantes alejados de los puntos turísticos, este brunch sale un pilín más caro, aunque con el cambio se queda en la media europea, alrededor de los 15€, pero hay que considerar que todos los productos son orgánicos.

Si en general encontré que la fruta y la verdura en Estambul era mucho más sabrosa que las que compro en Barcelona, incluso en la tienda orgánica, la experiencia culinaria en Café Privato fue, simplemente, increíble y este brunch en Estambul debería estar en la ruta de cada viajero.

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