Si eres fan de los brunches de bufé libre, en Barcelona tienes varias opciones, pero, excepto por el Timeline, todo los demás están en los restaurantes de los hoteles. El B-Lounge del hotel Barceló, en la Rambla del Raval, es uno de los más conocidos y que mantiene un precio aún aceptable. Cuesta 25€ e incluye un café o té (servido a la mesa), un cóctel Mimosa o Bloody Mary y un huevo Benedict o Florentin.

Lo encuentras en la planta baja del hotel, en un lugar con mucho encanto y con un bufé preparado para que entre primero por los ojos.

Podrás disfrutar de este brunch los domingos de 12h a 16h. Aunque el lugar es muy grande, siempre es recomendado reservar. El B-Lounge tiene una capacidad de 125 personas y es el lugar indicado para celebraciones en grupos numerosos.

Una vez sentado a la mesa, un camarero toma nota de la bebida caliente y del cóctel que has elegido y, en seguida, puedes atacar el bufé. La parte con comida caliente incluye: verduras, croquetas, brochetas de pollo y pizza. Al lado del bufé caliente están los quesos, los embutidos, los panes y la bollería. Por el mismo lado está el bufé de café y té, agua y zumos. En el bufé central están los platos fríos: hummus, guacamole, mini ensaladas, rollitos, quiche, bagels, y sándwiches. Una buena parte está dedicada a los dulces: fruta, tartas y pastitas. Todas las opciones veganas están bien marcadas.

Los camareros son muy atentos y en seguida recogen los platos vacíos. Al poco rato de empezar a comer, vinieron a pedirnos si preferíamos el huevo benedict o florentin. Yo pedí el benedict, pero no ha sido el mejor que haya comido. Lo sirvieron en pan de molde y con jamón york.  

El bufé es grande y te puedes hartar a comer, pero he notado la diferencia entre la calidad de la comida servida aquí y la que encuentras en lugares más pequeños.

El brunch se acompaña con música de un dj en directo, aunque, personalmente considero que el volumen era demasiado alto.

Una vez en el hotel, y después de haber comido este brunch bufé libre en el Raval, te recomiendo visitar la terraza de la undécima planta del hotel que tiene un tamaño de 180 m2, unas vistas panorámicas a 360º y un bar que está abierto de mayo a octubre. Se puede acceder a la terraza durante todo el año y para ello tendrás que usar el ascensor de la derecha.

Siempre es recomendable reservar mesa.

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